τὸ νικᾶν αὐτὸν αὑτὸν πασῶν νικῶν πρώτη τε καὶ ἀρίστη
"La victoria de uno sobre sí mismo es la primera y la mejor de todas las victorias"

miércoles, 18 de julio de 2012

Ruteando por Malagosto y Navafría


Ya hacía unos cuantos meses que no salía al monte con la bici a disfrutar sin pensar en otra cosa. La última vez se remontaba al mes de enero cuando paseé al quillo por la Fuenfría, el carril del gallo y Cotos con un resultado de diez. Entre aquella ruta y esta han caído unos cuantos kms y unas "pocas" salidas en las que el disfrute ha sido diferente, dejémoslo ahí.

Terminada la primera tanda de carreras con el objetivo del año cumplido (un pódium), y un paréntesis de casi dos semanas sin ni siquiera mirar a mis dos caballos de batalla, era el momento de volver al monte a respirar el olor a pino, perderse entre montañas inhóspitas y olvidar las pulsaciones, el cronómetro y el sabor a sangre en la boca...

 
Para ello había que buscar recorrido y, aunque pensé en un principio en retornar a Tres Provincias, cuando supe que mi amigo y compañero Juanma se iba a unir a la excursión, elegí una ruta nueva para él, una de esas sabrosas que te dejan durante varios días relamiéndote los recuerdos. La seleccionada fue aquella que en su día catalogué como "Cinco estrellas" en compañía del Máster Peguero: la subida a Malagosto desde Rascafría, el cresteo por los Montes Carpetanos hasta el descenso al pueblo de Navafría y la vuelta por el puerto del mismo nombre pero cogiendo la variante que hicimos el año pasado en la 2ª etapa de la Madrid Bikex

Para ello nos citamos en el pueblo de Pinilla del Valle a las 8:30 de la mañana, lugar estratégico ya que la ruta termina en un portón frente a esta población enmarcada frente al embalse de Lozoya. Desde allí nos dirigimos por pista hacia Rascafría con el peso del madrugón todavía sobre nuestros ojos, y en 10 kms y tras callejear un poco, comenzamos la subida del primer puerto del día y que ya nos situaría a 1900 metros de altitud. Se trata de una subida muy tendida de cerca de 12 kms que se hace cómoda si vas en modo conversación. De esta manera te plantas en la cima casi sin darte cuenta.



Desde allí otro gallo iba a cantar. Comenzaba el sube y baja por las crestas de estas montañas que tan pronto te sitúan a 2100 metros ó te deslizan 200 metros hacia abajo, y vuelta a empezar. Y así durante un buen rato. Nada más pasar la cancela de Malagosto, hay un ramal: el de la derecha, recto, todo para arriba con unos porcentajes de hasta el 24% y mucha piedra suelta; el de la izquierda, se abre en curva y tiene pinta de ser algo más suave. Digo tiene pinta ya que nosotros, como siempre, cogimos la alternativa más recta, aunque sea la más dura. Ya conocía esta rampa de mis anteriores travesías por este lugar, pero la época del año tiene el terreno muy seco, y mis blanditas piernas no pudieron esta vez con ella.



Superado este escollo continuamos pedaleando y disfrutando de las espectaculares vistas que ofrece el lugar, a la derecha, el embalse de Lozoya con todo el valle vigilado por el Collado de Hontanar y, a la izquierda, se abren poco a poco los colores amarronados de la meseta castellana. Pronto nos acercaríamos a una segunda pared que termina en la atalaya donde está situada la cruz de Juan Ruiz, lugar de peregrinación todos los veranos para los vecinos del pueblo segoviano de Sotosalbos que escenifican el encuentro del Arcipreste de Hita con la Chata. Pues si, achatado te quedas cuando tienes que portear la bici sobre tu espalda para superar este desnivel, imposible de rebasar montado... ni ganas de intentarlo.

Ya arriba, y por encima de los 2000 metros de nuevo, se vislumbraba en la lejanía la pista que sigue nuestra ruta con otra subida impensable para el estado de unas piernas cansadas y sin reflejos. He de decir que mi compañero llegó mucho más arriba de lo que cualquiera con sus kms hubiera conseguido, y es que este multideportista no deja de sorprendernos gratamente.

Una vez puesto el punto y seguido a las subidas, lo que nos quedaba antes de comenzar la infinita bajada hasta Navafría, era una mezcla de sensaciones increíbles por poder compartir con Juanma uno de los parajes más expuestos a las inclemencias meteorológicas de la Sierra de Madrid. En el día de la ruta, el sol fue el castigo, pero normalmente, el viento, el frío y la nieve suelen  hacer intransitables estas montañas.

A medida que íbamos perdiendo altura, la vegetación refloraba y la altura y densidad de los pinares volvía a la normalidad. "Cómo se parece esto a Pinares Llanos", acertó a decir Juanma. Ese momento en el que te sientes fundido con la naturaleza, donde el silencio hace ruido, en el que cualquier población se encuentra a varias horas andando... esas sensaciones las siento en estos lugares como en ninguna otra parte de la Sierra de Madrid. Y allí, entonces, nos cruzamos con los únicos cuatro bikers que vimos en toda la mañana...


El descenso al pueblo de Navafría se realiza por una pista nada limpia que se hace larga de narices. A Juanma se le veía disfrutar como un chiquillo, no se cómo se puede bajar tan rápido por un camino con tantas piedras. Cada vez que nos parábamos a hacer una foto, le decía "no se si llevo la horquilla un poco dura", o "creo que voy sin pastillas traseras", jejeeje, excusas del mal bajador.

En Navafría cogimos agua en una fuente y sin detenernos más allá de 5 minutos y todavía masticando la barrita salimos en búsqueda de la pista por la que subiríamos la vertiente segoviana de estas montañas. Esta opción fue la que cogimos en la 2ª etapa de la Madrid Bikex, y aunque el recuerdo era durillo tenía muchas ganas de repetirla. Los dos primeros kms ya anuncian dureza con "falsos llanos" al 15% que nos hacían ir "parados". Cuanto más nos acercábamos a la falda de la montaña, mas se diluía el camino entre la yerba y la vegetación. "Papá, queda mucho???"... "Seguro que vamos bien???"... iba escuchando de cuando en cuando. La verdad es que no hay nada como circular con cierto sufrimiento por un sitio desconocido para amplificar el estado de ansiedad y del eterno pensamiento: "Cuándo terminará este p*to infierno!".

Los kilómetros iban pasando con ayuda del plano de la zona ya que no teníamos el track de la ruta. Incluso hubo algún despiste que nos obligó a algún kilometrillo de más... Siempre cuesta arriba, claro. Otra de las cosas que echaba en falta: el sabor de la aventura, de la duda por donde ir, que si por aquí, que si por allí. Es, no es... Las primeras revueltas del puerto delataban una ausencia de paso por la zona alarmante. Ni el tato. La yerba casi tenía conquistada la pista.

Una vez en el alto de Navafría, y comparándola con la subida tradicional que se coge en el Chorro, me quedo con esta opción aunque se de un poco más de vuelta. El resto, hasta Pinilla del Valle fue un placentero dejarse caer por los caminos y senderos que salen desde una de las Áreas Recreativas  próximas a la cumbre.


El merecido homenaje, tras los casi 72 kms y 2000+ nos lo dimos en la terraza que está al otro lado del embalse de Pinilla. Cinco horas y pico sintiendo las sensaciones del ruteo puro y duro. Sin más. Del disfrute total de otro rincón increíble de la inmensa sierra que tenemos en Madrid. Ya hacía falta otra de estas. Y con una compañía, como siempre, de lujo. Gracias Juanma.

viernes, 6 de julio de 2012

24Doce 2012. 1er pódio KCT

1er pódio Kely Country Team
Hace cuatro meses, le propuse a mi compañero y amigo Jose Feria correr las 24Doce en modalidad 24 horas en equipo de dos. Estábamos entonces con la mente en el Soplao y ámbos aceptamos el reto y lo guardamos en un cajón, sin más. Los meses fueron pasando y las aventuras se fueron sucediendo hasta que llegó el momento de mirar a esta prueba de resistencia cara a cara. De cerca. Teníamos dos o tres semanas por delante para intentar mantener todo el trabajo del invierno y, dado que los calores ya apretaban, se hacía muy duro, sobre todo mentalmente, mantener el ritmo de entrenamientos.


Salvado ese primer reto, había que esquivar el segundo: los roces que supone en casa estar tantas horas fuera. Sobre este, mejor pasar página. Día a día la ilusión por afrontar las 24Doce fue creciendo a medida que la prueba se acercaba. El momento en que ámbos llegábamos era bueno, especialmente el de Jose, que venía de marcarse un 6º puesto en una cicloturista de carretera en Sierra Morena de 150 kms y 3.000 metros+ a 30 kms/h de media. Ya le he dicho que el año que viene intentaré bajar a Pozoblanco para afinar con esta carrera. Por mi parte, no había participado en nada desde los 88 de Mammoth, pero si había caído alguna ruta de puertos de las que te tienen cerca de siete horas entretenido.



Y con esto llegó la fecha del 29 de junio, el día anterior al comienzo de esta locura. Lo aprovechamos para acercarnos a Moralzarzal para montar la carpa, coger los dorsales y observar todo el entramado que se había montado en torno a esta carrera, que serviría como prueba final del recién estrenado Open de España de Resistencia y como Campeonato de Madrid de la misma modalidad. Desde luego, una cita indispensable para que el recién formado Kely Country Team (KCT) fuera cogiendo kms en carreras y dando a conocer sus colores y a algunos de sus corredores.


Al día siguiente y ya con todo el campamento montado, las bicis preparadas, los chips puestos, etc, pudimos saludar a amigos y conocidos de otras batallas: Noe, Iñaki, Daniel Carrión, Rubén González... y todos los bichos de la Unión Ciclita Algecireña (UCA), los Antonio, Salva, Toni y compañía con los que me hacía especial ilusión compartir prueba. Con muchos de ellos ruteo en verano por los Alcornocales mientras echamos risas y compartimos grandes momentos de disfrute/sufrimiento apretándonos las tuercas unos a otros.

Desde fuera, el envoltorio de estas 24Doce tenía un aspecto de gala. La carpa gigante de Wild Wolf en lo que sería la zona de relevos, las calles de entrada y salida de cada vuelta con el arco de meta, el vallado y las banderas, las lonas publicitarias, los baños del Polideportivo al lado del circuíto, la piscina, las carpas de la organización montadas a lo largo del recorrido, en fin, una infraestructura alrrededor de la carrera imponente.


A las doce menos veinte del sábado la organización llamaba a los corredores para formar la parrilla y diez minutos después se daba la salida neutralizada que nos haría rodear un polígono para entrar al circuito en sus últimos 500 metros y comenzar así la primera vuelta pasando bajo el arco de meta. La estrategia del KCT me dió la posibilidad de comenzar con las tres primera vueltas, para que Jose, ya con menos tráfico, intentara la vuelta rápida. Como siempre, mi colocación en la parrilla fue deficiente, metido en mitad del pelotón y con dificultades para ganar puestos en los primeros kms de senderos donde el tráfico fué enorme. Además, ni Jose ni yo conocíamos el circuito así que las primeras vueltas fueron de tanteo y estudio de las dificultades técnicas.

El recorrido tenía una primera subida de poco más de un km que, con el tiempo, se fue haciendo dura de pelotas. Esta enlazaba con un sendero que poco a poco comenzaba a deslizarse por la ladera de la montaña por un sinuoso single track que apenas entrañaba dificultad, más allá de lo seco que estaba el terreno y de la pericia de cada corredor para no quedarse colgado de ningún árbol. En el km.5, más o menos, comenzaba una pista ultra rápida donde en alguna zona te podías poner a 45 kms/h para frenar a la entrada de un sendero también muy rápido en una curva a izquierdas. Terminado este último sendero, se salía a otra pista que pasaba por un punto de control con alfombra. Algo más de sendero por delante y otra pista llevaba hasta otra trialera cortita que daba pie a una subida intensa con porcentaje pero solo de unos 50 metros. Un kilómetro de sendero y el resto pista hasta la entrada en la recta de meta que tendría 150 metros. En total 12,5 kms y 170 metros de desnivel+.


Tras el primer paso por meta le grité a Jose que se preparara en el relevo porque el ritmo era endemoniado para dar tres vueltas seguidas, así que tras 1h07 y una segunda vuelta algo más ágil y con menos tráfico le cedo el testigo a mi compañero para que inicie una tanda de tres vueltas.

En la carpa me recibieron mis nenes y mi mujer con los brazos abiertos. También estaban Juanma y Julio que se habían acercado a Moralzarzal a darnos ánimos. Chapeau. Tras poco más de una hora y media, Jose se había ventilado sus tres vueltas con lo que me tocaba de nuevo salir al ruedo.




14:50. Ahora si que iba a hacer un turno de 3 vueltas en los que invertí 1h43 a unos 34 minutos por vuelta. Las sensaciones eran buenas aunque subiendo las piernas no iban todo lo bien que me hubiera gustado. La zona de bajada la hacía a no caerme, sin jugarme el tipo lo más mínimo, quizás incluso algo despacio, pero pensando que el tiempo perdido por una caída sería infinitamente mayor al de una bajada conservadora. En esos tramos tuve que dejar pasar a bastante gente que iba mucho más rápido y a la que intenté no estorbar, aunque algunos bajaban jugándose el tipo y así pasaba lo que pasaba, que te caías y te hacías pupa. Y se fueron al suelo unos cuantos.

A las 16:33 salió Jose en su segundo turno. Llevábamos 8 vueltas y alguien me dijo que íbamos quintos. Quedaba un mundo por delante. Era el momento de intentar una vuelta rápida, que "el cordobés" consiguió en el segundo de sus tres intentos, la 10ª del equipo, cerrando el crono en 30 minutos exactos. Y por lo visto cogió tráfico.


A las 18:11 comencé con dos vueltas más en las que tardé 31 y 35 minutos. Aunque seguía yendo lento en los senderos de bajada, en las zonas de pista apretaba al máximo. O eso creía yo hasta que me pasó Escolar (Golpe de Pedal 4x24h) a más de 40 kms/h. Intenté coger su rueda pero era una tontería desgastarme en una guerra que no era la mía. Eso sí, me dejó pensativo y sin pegatinas en la bici. En este relevo comencé a notar en la zona alta del circuíto que se me movía el manillar. Los tornillos que lo sujetan de la potencia estaban todos flojos. "Coño!". Me paré y le pregunté al primero que pasó si tenía una multiherramienta. Sin dudarlo se paró y esperó pacientemente a que apretara el manillar a la potencia. "Mil gracias". Son momentos en los que vas tan ciego que no recuerdo nada de mi amigo, ni la bici, ni el maillot, ni nada. "Qué desastre". Si él se acuerda de mí, que me lo diga por que le debo haberme evitado una buena minutada.

19:18: Jose comenzó su tercer relevo. Como siempre en el cambio le pedía que tuviera ciudado y que no arriesgara bajando. Serían 2 vueltas a 33 minutos cada una más o menos. En ese momento el speaker comentó nuestra vuelta rápida y lo alto de las prestaciones del elemento que la había logrado dado lo avanzado de la carrera. Ya llevábamos un buen rato en tercera posición siempre con las mismas vueltas que los primeros -el equipo Surbike-, que sólo nos superaron en la vuelta rápida por 20''. En este relevo recibimos la visita de Miguel, Jorge y Jimmy, tres garrapateros de tomo y lomo con los que eché un buen rato mientras me preparaba para mi cuarta salida. En ese momento ascendimos a la segunda posición. Increíble!!!





20:24: Le dije a Jose en la carpa que daría solo una vuelta porque no me daba tiempo a más antes de tener que poner las luces (21:00 horas). Esta vuelta la di en 33 minutos. Seguía muy bien de sensaciones generales. Después tocó poner las linternas al casco, pero una de ellas no funcionaba. Entonces apareció Juanma con Marta, siempre en el momento justo. Me trajo unas pilas para el frontal que llevaría como apoyo a la linterna. Una vez me puse todo el tinglado en la cabeza, me despedí de la pareja y me dirigí a tomar el testigo de Jose.


21:41: Mi quinta tanda. Otras tres vueltas. Ufff! Eran los relevos más duros. Al principio y todavía con luz natural rodé bastante cómodo pero una vez que se hizo de noche comprobé como ante la falta de luz se baja el rendimiento alarmantemente. Las pulsaciones medias bajaron a 130, cuando había estado todo el día entre las 145 y las 148. Estuve enredado 1h40 minutos para esos 36 kms bajando por primera vez la media de 20 kms/h. La última de estas tres rondas fue penosa, de más de 40 minutos... Una auténtica pesadilla. Al llegar a la zona de relevos le dije a mi compañero que había entrado en modo "crisis". Cuando llegué a nuestra carpa, me puse a comer pasta con la mano y me metí en el saco con una tiritona non stop. Claro aviso de que no me quedaba ni un gramo más de energía en el cuerpo.


23:27: Salió Jose a hacer tres vueltas, todas ellas las cerró por debajo de los 36 minutos. Parecía que el cansancio no le llegaba al cordobés. Iba contrarestando con su constancia mi bajón nocturno. Cuando llegó el momento de salir del saco a la 1:05 de la mañana para prepararme fue cuando sentí de verdad la dureza de esta prueba. Pero había que salir y a la 1:16 estaba pedaleando otra vez... Bueno, pedaleando es un decir. Más bien me iba arrastrando por el circuíto.


En la zona de relevos le dije a Jose que solo iba a 2 vueltas, tres a esas alturas eran demasiadas. Aquí me llegó el hundimiento. Dos vueltas a 17 kms/h con unas pulsaciones medias ridículas. Además, a mitad de vuelta el foco comenzó a parpadear porque se le acababa la pila, con lo que tuve que parar para cambiarla. Aproveché para hacer pipi y... no me tumbé en la yerba a dormir bajo las estrellas de milagro. Dos vueltas en 1h26 zanjaron todas nuestras posibilidades de alcanzar a los Surbike, a los que habíamos estado recortando distancia toda la tarde. El colchón con uno de los equipos de la UCA algecireña, que iban terceros, era relativamente cómodo, pero como yo no recuperara nos iban a pasar por encima.


2:42. Salida de Jose a hacer otra tanda de 3 vueltas para que yo pudiera descansar algo más (Gracias compi). Él seguía en vueltas entre 35 y 38 minutos con lo que nos mantenía arriba en la clasificación. Mientras el corría yo flipaba de gusto dentro del saco, calentito, descansando y pensando en como remontar el vuelo. Cuando se fue acercando la hora de salir de las plumas de oca, me metí un recuperador y algo de comida. Ya en la carpa coincidí en la espera con Antonio (UCA), amigo y rival. Comentábamos las jugadas y lo duro que a esas alturas se estaba haciendo todo. Me dió una satisfacción enorme que un integrante del equipo que te va persiguiendo te ofrezca todo lo que tiene en su carpa para que uno pueda mejorar el rendimiento... Olé tus cohones quillo! Cuando Antonio salió, también estuve charlando un rato con Nacho Vara (4x24h) que hacía equipo con Borja Chivato,  David Escolar y Sergio López, y a la postre ganadores en su modalidad.

 

4:43. "Adelanteee!" Sabía que iba a ser mi último relevo de noche así que salí más animado. Dos vueltas buscando el alba donde poco a poco fui dejando de penar, aunque todavía estuve 1h17 antes de dejar el testigo.

De noche, las zonas de senderos fueron un suplicio con tan poca luz y en la pista no tenía fuerzas para apretar, siendo pasto contínuo para los lobos que me llegaban por detrás. En las trialeras en cuanto sentía una rueda cercana me apartaba para dejar paso. A las 6 de la mañana le di el testigo a Jose para que fuera él quien saliera de la noche, mientras yo me iba a las tumbonas a ver amanecer. Jose llegó tras 1h14. Llevábamos 32 vueltas, ya a una vuelta de los primeros y con 2 vueltas de ventaja sobre los terceros. El reto de mantener la 2ª plaza tras toda la noche había sido superado, con lo que ahora había que mantener y no arriesgar nada.


7:14. Octavo relevo. Decidimos que a partir de ese momento hasta el final, y dado lo justito de las fuerzas, íbamos a ir a una sola vuelta. Con la luz del amanecer te llega de nuevo la sonrrisa a la boca y sientes más cerca el final. Entonces las pulsaciones volvieron a subir lo suficiente para terminar esta vuelta cerca de los 20 kms/h y con un tiempo de 37 minutos. El móvil no paraba de pitar, fruto de los mensajes de ánimo de quienes estaban siguiendo la carrera a través de Internet y eso te daba un plus. A las 7:51 doy otro relevo a Jose, para que haga la vuelta 34. Vuelvo a coincidir con los UCAs en la carpa de relevos y les propongo un pacto. "Lo dejamos ya como está?, jajaja". El culo nos lo iba a agradecer. Era la parte más dolorida de todo mi cuerpo.

8:29. Solo me quedaban tres relevos. Poco a poco todo el pescado se estaba vendiendo, y a buen precio señores. Salvo infortunio final... No quería ni pensar todavía en el final porque hasta el rabo todo es toro. Si antes bajaba los senderos conservando, ahora iba buscando una trazada limpia y segura para evitar pellizcos con las piedras, momento que aprovecharon algunos para lijarme la bici sin contemplaciones. Otra vuelta en 37 minutos y turno para Jose, que más o menos hacía el mismo tiempo en sus tandas de una vuelta.



9:46. "Dos relevos y se acabó". Comencé la vuelta 37. El circuito volvía a tener vida, el speaker volvía a  los altavoces y los dormilones sacaban sus cabezas de los sacos. Yo seguía bajando los tiempos de las últimas vueltas cerrando las dos últimas en 35 y 34 minutos. Mientras, mi compañero hacía lo propio.



El último relevo lo comencé a las 10:56 de la mañana y lo terminé a las 11:30. "Sal a disfrutar de esta vuelta", recuerdo que me dijo Juanma. Y así fue. Intenté rodar rápido mirando por última vez cada rincón del circuito que me había visto pasar 19 veces en las últimas 23 horas. Las sensaciones al entrar en meta fueron enormes. Apretando los puños y saboreando todo un día de lucha que iba a desembocar en nuestro primer pódio. Una segunda posición inesperada con una valor suplementario al conocer a quienes mandamos a la tercera y cuarta posición: dos equipos de la UCA compuestos por cuatro bichos de cuidado. La pena es que nos faltaron 5 minutos para que Jose intentara la vuelta 40, aunque teniendo peor vuelta rápida que los primeros no nos hubiera valido para subir al primer escalón del pódio. Así terminaron 23h30 minutos donde el KCT sacó 468 kms (240 kms Jose por sus 20 vueltas y 228 kms un servidor con 19 vueltas).



La alegría en la llegada, el abrazo al compañero, las felicitaciones de tus hijos y de mi santa mujer que estuvo sábado y domingo apoyando, la presencia de otros miembros del equipo (Julio, Juanma, Javi...) que no tardarán en salir a la palestra... Ufff, menudo subidón. Una duchita rápida y al PÓDIUM!!! Primero de, espero, muchos cajones de este equipo forjado en la soledad de los entrenamientos de la Kely Country. Gracias a todos los que lo habéis hecho posible.




Un recuerdo muy especial para todos aquellos amigos que nos estuvieron mimando desde su apoyo, con sus visitas los dos días, con continuos gritos de ánimo, con mensajes, con las cientos de fotos que hicieron, con el desayuno del domingo (dios mío Juanma, qué grande eres!!!). Gracias de corazón a todos ellos porque es con una de las cosas con las que me quedo de esta carrera.


Y por supuesto, gracias a mi compañero de equipo, Jose Feria, una verdadera locomotora que le hace difícil a uno estar a su altura por el nivel de exigencia que impone. Un placer y un orgullo compartir colores contigo, compartir este pódium, pero sobre todo, compartir la motivación invernal que nos hace llegar hasta el punto en el que estamos. Y con hambre de más. Siempre más. Gracias amigo.

Y ahora vacaciones, que ya toca descansar!!!

Clasificaciones.



Gracias a todos los fotógrafos por estar en ese lugar estratégico para sacar estas increíbles fotazas: Enrique Sevilla (Fugitive), Juanma, Julio, Miguel, Jorge, Josechu (Comando Centro Nevasport), Willy, Marcos García, Iberobike y, por supuesto, a Carmen, mi mujer.